jueves, 8 de mayo de 2014

Leyenda: La Madre Monte


La Madremonte ama las grandes piedras de los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos. Algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos en las tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.

Como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta los periodos de celo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio. Por eso, odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan los recintos secretos de las montañas.

Cuando la Madremonte está poseída de furia, dicen los que han padecido su venganza, se transforma: los ojos despiden candela y con las manos de puro hueso, se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces, los vientos y las tormentas. Los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrasan las cosechas y el ganado. Todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y los astros.

Leyenda: El Patetarro


Leyenda de las zonas mineras de Antioquia, Chocó, Cundinamarca y otras regiones de Colombia. Algunos mineros dicen que han visto a un hombre y a una mujer andando juntos. El hombre tiene un cuerpo descomunalmente grande y peludo, le falta una pierna de la rodilla para abajo y  la ha reemplazado con un palo de guadua, que a su vez parece un tarro y usa para hacer sus necsidades. Cuando está lleno de inmundicia, derrama el tarro en algo sembrado y allí nace la gusanera, y todas las plagas. Como consecuencia, las cosechas se dañan.  

Cuenta que cuando aparece el Patetarro es el anuncio de que de que algo malo va a pasar, como la muerte de alguien o inundaciones. Lanza unos gritos macabros o carcajadas histéricas que son escuchadas en las noches lluviosas, oscuras y tenebrosas. Cuando los perros aúllan y los árboles se mueven fuertemente, quiere decir que ha aparecido el patetarro. 

La historia dice que el patetarro acostumbraba entrar todas las noches a las fincas para robarse las gallinas. Los dueños de las fincas pensaban que se trataba de un tigre o un perro salvaje, y una noche esperaron a que llegara el animal para cazarlo. Estuvieron un buen rato, y cuando ya la noche estaba bien oscura, oyeron el alboroto de las gallinas. Corrieron a capturar el animal, pero del gallinero salió un hombre que, del afán, metió un pie en el balde del estiércol y salió corriendo. Fue así como desde entonces en venganza deambula por el campo arruinando las cosechas.

Leyenda: La Patasola

Se dice que este personaje fue inventado por los hombres celosos para asustar a sus esposas infieles, infundirles terror y al mismo tiempo, reconocer las bondades de la selva. Cuentan que en cierta región del Tolima Grande, un arrendatario tenía como esposa una mujer muy linda y con ella tuvo tres hijos.
 El dueño de la hacienda deseaba conseguirse una esposa, y llamó a uno de los vaqueros de más confianza para decirle: "...vete a la quebrada y escoge entre las lavanderas la mejor; luego me dices quién es y cómo es...". El hombre se fue, las observó a todas detenidamente, al instante distinguió a la esposa de un vaquero compañero y amigo, que fuera de ser la más joven, era la más hermosa. El vaquero regresó a darle al patrón la información y todos los datos sobre la mujer.
Dicen que cuando llegó  el tiempo de las "vaquerías", el esposo de la bella relató  al vaquero que traía sus tristezas, se quejó de su esposa, pues la notaba fría, menos cariñosa y ya no le arreglaba la ropa con el mismo cuidado de antes; vivía de mal genio, era déspota desde hacía algunos días hasta la fecha. Le confesó que le provocaba irse lejos, pero le daba pesar con sus hijos.

Leyenda: El Mohan



Este personaje es el más legendario, conocido y respetado en el Tolima. Se puede decir que es el personaje más importante en la mitología tolimense. Se le llama, también, el Poira. Es un ser de forma humana, con la cara quemada por el sol, de cabello largo, ojos penetrantes y picarescos La gente dice que es un gran perseguidor de mujeres.
El Poira es el Mohán travieso y enamorado. Les roba la tranquilidad a las jóvenes, las idiotiza, las emboba y las atrae hacia él con artificios. Sus hazañas son muy conocidas y, hasta hace poco tiempo, no se podía poner en duda su existencia ante las versiones de los campesinos.
Cuentan que el Mohán vivía en los charcos más profundos y peligrosos de algunos ríos y quebradas donde tenía cuevas o cavernas internas que sólo él conocía y consideraba como propios. Son muchas las muchachas que ha raptado, formando así un sin fin de leyendas a cual más fabulosas, irreales y novelescas.
El Mohán aparece por diferentes ríos y quebradas fumando un grueso tabaco para espantar a los insectos. Encanta y enamora a las mujeres que suelen ir a lavar la ropa a estos lugares para luego llevárselas.